RESMA
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- es un colectivo de trabajo que crea e impulsa a lxs jóvenes hacia un empoderamiento por medio de la Educación Popular hacia el Poder Popular. RESMA hace parte de la Red Libertaria Popular Mateo Kramer
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Crítica a la educación tradicional y una propuesta alternativa
RESMA
Acerca de la educación se han dicho muchas cosas, está posiblemente será una más. Y si la idea es hablar de la educación, ojala logremos aportar más elementos que la cuestionen. Partamos pues por cuestionarla. Esto lo podríamos hacer de dos maneras: ¿cuál es la importancia de pensar en la educación? Y ¿cuál es la importancia de pensar LA educación? Si pensamos en la primera opción, es decir; ¿cuál es la importancia de pensar en la educación?, estaríamos dando por sentado que ya existe un concepto inamovible e invariable de lo que es la educación. Esto nos ataría a una idea prefijada, lo cual impediría hacer un proceso de subversión de lo que la educación implica; en cambio, si asumimos la pregunta ¿cuál es la importancia de pensar la educación?, estaríamos partiendo, de entrada, de la necesidad de cuestionar el concepto para subvertirlo, modificarlo, repensarlo, cambiarlo; mejor dicho, hacer un nuevo imaginario de lo que es la educación.
Pasemos pues a construir. La educación puede pensarse, según la mayoría de los diccionarios como la acción y efecto de educar. Esta acepción nos rebota a pensar en el verbo educar, y si hacemos un análisis medianamente juicioso nos daremos cuenta de que ese verbo es transitivo. La transitividad es una característica propia de algunos verbos que les confiere la propiedad de poder seleccionar o requerir un segundo, es decir, que se construye con complemento directo, por ejemplo: el verbo dar por sí solo no nos dice nada, necesariamente debemos complementar ese verbo con un segundo para que adquiera un sentido preciso, verbigracia: La vieja dio, donde el verbo dar nos suscita la pregunta ¿qué es lo dado? O más común y corriente ¿qué fue lo que dio esa vieja? Entonces la oración tendría más sentido si se especifica diciendo por ejemplo: la vieja dio una limosna. En ese sentido valdría la pena preguntarse ¿qué es lo educado? Si nos paramos en un sentido sintáctico, podríamos responder con una infinidad de opciones: el profesor educa a los niños, la maestra educaría a mi madre, y de ese modo, luego de preguntarnos sobre los posibles complementos directos que acompañarían el verbo educar, concluir entonces, que educar a los niños y a las madres es educar al pueblo, el pueblo educa al pueblo. Bien pues, ¿cuál es la importancia de pensar la educación? La educación puede ser el proceso cognitivo como elemento clave en la constitución del sujeto como sujeto. Pero el sujeto, según Pablo Freire es un ser inacabado, es decir un ser que se entiende, gracias a su razón que, según Kant, es pensar por sí mismo. Es decir, hacer uso voluntario de la razón, uso del propio entendimiento y por eso ser una persona autónoma en vez de heterónoma, o sea, vivir de la razón impuesta por otros. El ser inacabado se entiende como alguien que no lo sabe todo y está en la disposición de enseñar y aprender al mismo tiempo. En ese sentido Bakunin nos daría luces de lo que debe ser la educación en su texto “Dios y el Estado”: “Toda educación racional no es en el fondo más que esa inmolación progresiva de la autoridad en beneficio de la libertad, el objeto final de la educación no debería ser más que el de formar hombres [y mujeres] libres, llenas de respeto y de amor hacia la libertad ajena.”
Si asumimos como una buena máxima para definir lo que debe ser la educación la anterior frase de Bakunin, debemos saber cuál es nuestra educación, y en ese sentido preguntarse, entonces ¿qué es la educación tradicional? Para dar una posible respuesta, debemos determinar que la educación no es sencillamente educación dentro del interrogante que nos interesa, sino que tiene la condición de ser tradicional, y lo tradicional quiere decir, más o menos, algo conservado, que no ha cambiado y no pretende cambiar. Pues sí, lastimosamente con esa educación contamos. Con esa educación que Freire denomina educación bancaria y la define en “La pedagogía del oprimido” como “la relación entre educador-educando” cuyas características diríamos son: la omnipotencia del educador basada en la figura de aquel que todo lo sabe – el narrador –, es decir el cocimiento como verdad absoluta e irrefutable. Por ello la posición del educando – objeto paciente, oyente –, o en un lenguaje más familiar, donde el educando es también el a-lumno, o sea, quien carece de luz, donde la luz juega un papel fundamental dentro de su connotación, pues, si nos paramos otra vez en la ilustración, debemos tener en cuenta que fue el periodo de búsqueda de la iluminación, es, en términos kantianos, la salida del hombre [persona] de su minoría de edad, el momento en el que se busca servirse del propio entendimiento, o sea la razón.
Pero continuemos definiendo las características propias de la educación tradicional o bancaria; el educando, quien sea el a-lumno, es asumido y entendido en una posición pasiva que se limita a la absorción acrítica del conocimiento. En la educación bancaria, el educando que más repite y absorbe información acríticamente es considerado como el más competente.
La educación bancaria no se limita a las instancias académicas sino también tiene grandes repercusiones desde la familia, la política, entre otras que tendrán también mucha importancia. La educación bancaria pretende sostener, mantener el statu quo precisamente porque se muestra la importancia de absorber información por absorberla; no inteligentemente, acríticamente, ciegamente. La educación tradicional tiene pretensiones universalistas, es decir que no es una educación contextualizada. Siguiendo en la línea freiriana en “La pedagogía del oprimido” “referirse a la realidad como algo detenido, estático, dividido y bien comportado, o en su defecto, hablar o disertar sobre algo completamente ajeno a la experiencia existencial de los educandos, deviene realmente, la suprema inquietud de esta educación”
En la educación tradicional se promueve el conocimiento por el conocimiento, a diferencia de lo que sucedía en culturas antiguas, en la actualidad el conocimiento no nos preparara para las contingencias de la vida, no nos toca como sujetas y sujetos en nuestra intimidad, no nos llega al cuerpo. La educación tradicional se para en la esquina opuesta de la educación popular en donde la alfabetización o la educación en su sentido más amplio, no se limita a imprimir un valor agregado, de manera contraria, la “alfabetización es, en términos freirianos nuevamente, aprender a escribir la vida [propia], como autor y como testigo de su historia”
Dentro del sistema bancario-tradicionalista de la educación en Colombia, existe un programa que sirve para reforzar los conocimientos adquiridos durante los últimos tres años escolares de secundaria (9°, 10° y 11°). A este programa, muchas veces propuesto como actividad vacacional se le llama pre-icfes. Ese espacio sirve para la preparación del examen de Estado, que es requisito para poder ingresar a cualquier instituto, corporación universitaria y para las universidades más reconocidas. Este examen resulta la materialización de lo que significa la educación tradicional; es una preparación donde se sigue privilegiando la memoria, o sea, la retención de datos incuestionables; donde la sistematización de la repetición y la absorción apática del conocimiento son los ejes transversales para cumplir con el requisito de preparar a quienes participan de la actividad para que se desenvuelvan tranquilamente en la resolución de las competencias que exige el examen de Estado.
RESMA es un colectivo de trabajo que se ha cuestionado a propósito de la educación y que ha definido, a lo largo de esta ponencia, cuáles han sido los cuestionamientos que le permiten, como colectivo de trabajo, actuar inteligente y organizadamente en pos de una salida alternativa al problema de la creación, por parte de la educación tradicional, de sujetos de ineptitud racional. Entendamos lo anterior, como aquel sujeto que adquiere conocimiento sin valorar, sin dar uso a su razón. Para eso RESMA decidió crear el PIAP. ¿Qué es el PIAP? Es un pre-icfes alternativo popular. De entrada es un asunto ambivalente, pues frente a todas las apreciaciones valorativas que se han realizado anteriormente sobre la educación tradicional, apreciaciones en donde se resaltan las graves deficiencias de este modelo, surgen dos preguntas: ¿Por qué preparar a la gente para el ICFES, si precisamente en este examen convergen todas las lógicas de la educación tradicional?; ¿No es posible pensar que preparar a la gente para este examen es una manera de volvernos funcionales para un sistema enajenante y constriñente?
Claramente el PIAP no es el non plus ultra, pero en todo caso pretende ser un proyecto trasgresor que rompa con el esquema de la educación tradicional. Obviamente procuramos tener los pies sobre la tierra, teniendo en cuenta que estamos dentro del sistema capitalista-neoliberal y que, justamente por la represión que implica, no es posible salirse del todo. El PIAP resulta una especie de revolución paralela porque somos conscientes de la necesidad de sobrevivir dentro de dicho sistema pues, eso sí estamos seguras de que es más útil una persona viva y que asuma como suya la consciencia de hacer necesaria la rebeldía para construir un cambio hoy y ahora, que una persona conformista y enajenada. En el sentido de lo realista, de dar pie con bola, de tener los pies sobre la tierra, el PIAP es un medio y no un fin, es decir, sabemos, como se dijo antes, no es la estrategia óptima, pero en todo caso, lleva a las personas a una situación menos peor. El fin último del PIAP no es garantizar el ingreso a la educación superior, es entonces la construcción de un proyecto alternativo. Pasar el examen de Estado es un plus, una ganancia marginal que garantiza la supervivencia de los sujetos, supervivencia que debe estar sujeta y orientada hacia el cambio y hacia la subversión del sistema.
El PIAP es un mecanismo para desgastar el sistema, es una manera de organizar una acción colectiva. El PIAP intenta generar una consciencia crítica; se trata de hacerle entender a las personas que entran en el PIAP que ese examen de Estado no sirve para aquello que les hacen creer que sirve; el proyecto trata de sembrar la semilla del inconformismo. Entonces el PIAP es alternativo, además, porque introduce metodologías de
Una apuesta como la del PIAP, plantea muchas preguntas y deja muchos interrogantes sobre la mesa. Sin lugar a dudas uno que emerge con fuerza es el siguiente: ¿Es posible romper el sistema (o desgastarlo) desde adentro?; ¿desde sus mismas estructuras? En otras palabras: ¿Es posible subvertir el sistema utilizando sus propias instituciones y estructuras? El PIAP le apuesta a que sí, a que sí es posible realizar una subversión desde el interior, un poco desde la frontera; sin embargo, sabemos que este es un proyecto piloto que puede no reportar los resultados esperados, que puede simplemente convertirse en una subversión menor, que lejos de trastocar las estructuras bases del sistema, lo lleven a reconfigurarse, resulten en una mera reacomodación del sistema. Si esto es así, tendríamos que encaminarnos a la búsqueda de una verdadera alternativa.
Por ahora la estrategia es el PIAP y procura funcionar de la siguiente manera: son sesiones en las que, por componentes que exige el ICFES, se reúne la persona encargada con las personas participantes del PIAP alrededor de una mesa o en un parque, en todo caso buscando una relación horizontal del grupo. La intención de las sesiones no es dar una respuesta definitiva e irrefutable del tema tratado, es construír conjuntamente la respuesta. Esto por medio de una metodología conocida como práctica-teoría-práctica. Para hacer de las sesiones un espacio atractivo y alternativo, buscamos ayuda de talleres, por ejemplo, salidas a lugares cercanos del lugar central, cuentos, chistes, carteleras, juego de intercambio de roles, entre otras ocurrencias. Pero, como la idea no es dictar un componente sino mostrar la importancia que tiene las herramientas educativas en el desarrollo de comunidad social, cuestionamos la relación que existe entre los componentes y la realidad.
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